lunes, 8 de julio de 2013

esplenectomia laparoscopica

ESPLENECTOMÍA LAPAROSCÓPICA EN LAS ENFERMEDADES HEMATOLÓGICAS. 

RESUMEN 

La esplenectomía constituye un recurso terapéutico útil en las enfermedades hematológicas , donde el bazo actúa predominantemente como órgano de destrucción de los elementos formes de la sangre. 
En la década de los noventa, la cirugía videolaparoscópica se desarrolló en forma significativa. 
Luego de la colecistectomía laparoscópica , se fueron realizando otros procedimientos de complejidad creciente( cirugía laparoscópica avanzada). 
La esplenectomía laparoscopica realizada por primera vez en 1991, se ha transformado en el patron oro en el tratamiento de algunas enfermedades hematológicas, en especial púrpura trombocitopénico inmune y anemias hemolíticas. 
En este trabajo de revisión se analiza la literatura internacional y se presenta la experiencia inicial en la Clínica Quirúrgica “3” del Hospital Maciel. 
Se concluye que la esplenectomía laparoscópica constituye un abordaje seguro para el tratamiento de algunas enfermedades hematológicas. 
Los mejores candidatos son aquellos pacientes con el bazo de tamaño normal; si bien la esplenomegalia no constituye una contraindicación absoluta. 
El éxito está directamente relacionado con la experiencia del equipo quirúrgico. 
La hemorragia intraoperatoria constituye la causa mas frecuente de conversión a cirugía abierta. 
La cirugía videolaparoscópica ofrece resultados comparables a la cirugía abierta; con morbilidad baja y mortalidad casi nula; con las ventajas del abordaje de invasión mínima como son : menor dolor ostoperatorio vinculado a incisiones pequeñas y ausencia de retracción parietal traumática; reinstalación precoz de la vía oral y recuperación del peristaltismo intestinal, deambulación precoz; menor internación hospitalaria; reinserción laboral mas rápida y disminución de los costos. 

INTRODUCCIÓN

La esplenectomía forma parte del arsenal terapéutico en aquellas enfermedades hematológicas donde el bazo se constituye en el órgano de destrucción predominante de los elementos formes de la sangre; se trata en la mayoría de casos , de pacientes portadores de purpura trombocitopenico inmune y de esferocitosis hereditaria ( 1). 
Sutherland (2), en 1910 fue quien propuso por primera vez la esplenectomía en el tratamiento de la esferocitosis hereditaria y Kuznelson en 1916 para el purpura trombocitopénico(3). 
A partir de la primera colecistectomía laparoscópica realizada en 1985(4) y luego de que la misma se convirtiera en el patrón oro para el tratamiento de la litiasis biliar a partir de la década de los noventa; el desarrollo de la cirugía videolaparoscópica ha sido vertiginoso en la última década. 
Al aumentar el número de procedimientos realizados aumentó también la experiencia de los cirujanos y con ella ,la adquisición del entrenamiento necesario para realizar otros procedimientos de complejidad mayor ( cirugía laparoscópica avanzada). 
La esplenectomía laparoscopica fue realizada por primera vez en 1991 por Delaitre y Maignien ( 5) y ha ganado popularidad como un abordaje adecuado y seguro en enfermedades hematológicas benignas y malignas. 
En el manejo de algunas afecciones hematológicas constituye el nuevo patrón oro ( 6,7), en especial en púrpura trombocitopénico inmune y anemias hemolíticas. 
El bazo es un órgano profundamente situado en el hipocondrio izquierdo y su extirpación por vía convencional impone la realización de una gran incisión, importante retracción parietal traumática para exponer la región y un mayor dolor postoperatorio. 
Mediante el abordaje video-laparoscópico los resultados son comparables a los logrados con la técnica abierta , a lo que se suman las ventajas del abordaje mínimamente invasivo: incisiones pequeñas; ausencia de tracción parietal , menos dolor postoperatorio; recuperación rápida del peristaltismo, deambulacion precoz; alta y reinserción laboral también precoces(1,6,7) asi como una disminución de los costos hospitalarios(8).

INDICACIONES

Purpura tromocitopenico inmune: es una enfermedad adquirida, determinada por la destrucción de plaquetas que se exponen a factores inmunoglobulina G antiplaquetarios circulantes originados en el bazo, donde tambien ocurre el secuestro y destrucción de plaquetas sensibilizadas.(9,10) 
En los niños no existe predilección por sexo; no así en los adultos donde la incidencia en mujeres triplica al sexo masculino. 
La presentación clínica mas frecuente son equimosis y petequias , acompañadas de gingivoragia, metrorragia, hemorragia digestiva y hematuria. 
La hemorragia a nivel del sistema nervioso central ocurre en 1-2 % de los casos ; en general al inicio de la enfermedad. 
El diagnóstico se establece por la existencia de trombocitopenia, con una médula ósea que contiene megacariocitos normales o en mayor número y sin ninguna enfermedad sistémica o antecedente de ingestión de fármacos capaces de generar trombocitopenia( 6,9). 
El tamaño del bazo es normal; rara vez se palpa , su crecimiento debe hacer plantear otra patología que origina trombocitopenia. 
En los pacientes menores de 16 años el pronóstico es excelente con remisión espontánea en el 80 % de los casos. 
En los adultos en cambio se trata de una enfermedad crónica que puede remitir en solo el 5 % de los pacientes. 
La respuesta luego de la esplenectomía es superior a la observada con el tratamiento esteroideo. 
Un 75 a 84 % de los pacientes tratados con esplenectomía responden de manera permanente y no requieren otro tipo de tratamiento(6,11,12). Este beneficio probablemente refleje el efecto combinado de eliminar la fuente de anticuerpos antiplaquetarios asi como el sitio primario de destrucción( 13) 
La indicación de esplenectomía surge del fracaso del tratamiento médico; o la recurrencia luego de la supresión del mismo; así como la necesidad de utilizar dosis toxicas de esteroides para controlar la plaquetopenia.(6 ). En 1982 fue comunicado por primera vez un síndrome de purpura trombocitopénico 
inmune asociado a la infección por virus de la inmunodeficiencia humana( 14 ). 
Entre 10 y 20 % de los pacientes infectados por VIH tienen menos de 150.000 plaquetas por milimetro cúbico.( 15,16) 
La trombocitopenia asociada a HIV puede presentarse en cualquier etapa de la infección viral; sin embargo Sloand (16) reporta una incidencia mayor de trombocitopenia en pacientes con SIDA en comparación con los VIH positivos pero sin SIDA enfermedad.
La plaquetopenia severa con valores menores de 50.000 plaquetas se observa en aproximadamente el 5 % de los pacientes ( 15). 
La remisión espontánea ocurre alrededor del 20 % de los casos y la esplenectomía está indicada en una minoría de ellos con plaquetopenia severa, sintomática y refractaria al tratamiento médico. 
En este grupo de pacientes la esplenectomía brinda excelentes resultados(17,18); con elevación rápida de la cifra de plaquetas por encima de 150.000 por milimetro cúbico; con una remisión completa en 93 % de los pacientes, con seguimientos promedio de 26.5 meses. 
Los pacientes portadores de lupus eritematoso sistémico pueden presentar en forma asociada un síndrome de purpura trombocitopénico; aquellos enfermos que son refractarios al tratamiento médico, o requieren dosis tóxicas de esteroides son candidatos a la esplenectomía; los resultados son excelentes en el corto y mediano plazo( 19,20,21) . 
La esferocitosis hereditaria es la mas frecuente de las anemias hemolíticas familiares(22). 
Se transmite en forma autosómica dominante; el trastorno mas importante está a nivel de la membrana celular del eritrocito , haciendo que la célula sea mas pequeña de lo normal, gruesa y casi esférica; lo cual las hace mas frágiles y son des-truídas a nivel del bazo. 
Clínicamente se presentan con anemia, ictericia y esplenomegalia. En dos tercios de los pacientes asocian cálculos biliares pigmentarios. 
La esplenectomía está formalmente indicada; sin embargo la esferocitosis persiste luego de la cirugía . 
Los resultados son buenos en la mayoría de los pacientes con corrección de la anemia y disminución de la hemolisis( 23). 
Si hay calculos biliares debe realizarse en el mismo acto la esplenectomia y colecistectomia por vía laparoscopica( 24). 
La eliptocitosis hereditaria puede dar síntomas clínicos cuando estas formas (ovalocitosis, estomatocitosis) constituyen mas del 50% del total de eritrocitos. 
La esplenectomia esta indicada en todos los pacientes sintomáticos.Los resultados son similares a los logrados en la esferocitosis hereditaria. 
La Talasemia ( anemia mediterránea) se transmite con carácter dominante y depende de un defecto en la síntesis de la hemoglobina. 
Clínicamente se puede presentar como un cuadro grave(talasemia mayor u homocigota ) o un cuadro mas leve (talasemia menor u heterocigota) que permite llevar una vida casi normal; sin embargo existe una forma de mayor gravedad denominada talasemia intermedia( 25). Una cuarta parte de estos pacientes desarrollan calculos biliares.(9)
La esplenectomía es el tratamiento de elección en aquellos pacientes que requieren transfusiones reiteradas; tienen una esplenomegalia marcada o desarrollan infartos esplénicos reiterados.( 26) 
La esplenomegalia constituye un factor de dificultad adicional para realizar el procedimiento por vía laparoscópica ; con un riesgo mayor de sangrado intraoperatorio(27) y una morbilidad mayor cuando el bazo pesa mas de 1000 gramos (28). 
La esplenectomía parcial ha sido reportada con éxito en este grupo de pacientes(29). 
La anemia drepanocítica es una hemoglobinopatía hereditaria que predomina en la raza negra; característicamente los glóbulos rojos tienen forma de hoz o media luna. 
Al inicio de la evolución de la enfermedad hay esplenomegalia pero luego de mútiples y reiterados infartos esplénicos se produce la autoesplenectomía( 26). 
La cirugía solo tiene su indicación en los pocos casos de secuestro esplénico agudo de glóbulos rojos. 
Anemia hemolítica autoinmune; en ella se produce un acortamiento de la vida media del glóbulo rojo. 
Ha sido definida la presencia de anticuerpos de origen esplénico que reaccionan con los glóbulos rojos normales; el secuestro y destrucción de los mismos se realiza en bazo. 
La esplenectomía tiene su indicación cuando: fracasa el tratamiento esteroideo; se requieren dosis muy altas para mantener la remisión; aparecen signos de toxicidad o estan contraindicados los corticoides. 
La respuesta es favorable en el 80 % de los pacientes sometidos a esplenectomía. 
La metaplasia mieloide es un proceso panproliferativo que se manifiesta por aumento de la proliferación de tejido conjuntivo de médula ósea,hígado,bzo y ganglios linfáticos. 
La esplenectomia esta indicada para controlar la anemia, trombocitopenia y los síntomas generados por la esplenomegalia que siempre es importante. 
La mortalidad del procedimiento en estos enfermos supera el 10 % (9). 
En la enfermedad de Hodgkin, linfoma no Hodgkin y leucemia linfoide crónica la esplenectomia mejora las citopenias en 75 % de los casos; puede estar indicada tambien en las esplenomegalias sintomáticas( 9,22). 
En la leucemia de células peludas , cuando cursa con pancitopenia la esplenectomía logra una remisión completa en 60-75 % y parcial en 20% de los pacientes( 22). 
La tríada de artritis reumatoide, neutropenia y esplenomegalia se conoce como Síndrome de Felty. 
Los efectos hematológicos de la esplenectomía son excelentes; la evolucion de la artrirtis no se modifica. 
Son consideradas contraindicaciones para la esplenectomia : la hipertensión portal y la leucemia mieloide crónica. El tamaño del bazo no constituye hoy por hoy una contraindicación para realizar la esplenectomía, depende fundamentalmente de la experiencia del equipo quirúrgico; para el cual constituye un verdadero desafío( 29 ). 
Los pacientes con cirugía abdominal previa deben ser cuidadosamente seleccionados para un abordaje laparoscópico. 
La cirugía gástrica o colónica previas pueden determinar un proceso adherencial que dificulte el procedimiento pero no constituyen “per se” una contraindicación absoluta. 
El candidato ideal para realizar la esplenectomía laparoscópica es el paciente con un bazo de tamaño normal, como ocurre en la purpura trombocitopénico inmune; constituye la indicación más frecuente en toda la literatura analizada.

Complicaciones de la cirugía laparoscopica

Complicaciones de la cirugía laparoscópica

Resumen
Introducción. La gran difusión de la cirugía laparoscópica y la adaptación de los cirujanos a la misma ha supuesto la aparición de nuevas complicaciones que deben ser perfectamente conocidas para poder evitar en lo posible las causas que las desencadenan. Objetivos. En el presente trabajo se pretende analizar las complicaciones que pueden darse en la cirugía laparoscópica, tanto las inherentes a la técnica laparoscópica en sí como a las propias de cada una de las técnicas que son aplicadas para el tratamiento de las distintas afecciones. Material y métodos. Se realiza una revisión de la bibliografía a la vez que se revisa la experiencia del Servicio de Cirugía del Hospital Dr. Peset desde la puesta en marcha de esta nueva forma de abordar los problemas quirúrgicos. Resultados. Se analizan los resultados obtenidos con las distintas técnicas empleadas en cirugía biliar, gastroesofágica, cólica, etc., haciendo hincapié en la manera de evitar las complicaciones propias de esta forma de aplicar la técnica quirúrgica. Conclusiones. La cirugía laparoscópica se encuentra en pleno desarrollo aunque aún son limitadas las indicaciones en las que se acepta de forma universal su utilización. Es necesario que las tasas de morbilidad sean iguales o inferiores a las de cirugía convencional para que los pacientes se beneficien 
de las ventajas que comporta esta cirugía menos agresiva.
Palabras clave Complicaciones. Cirugía laparoscópica.

Texto completo

Introducción
La aceptación por los cirujanos, de forma universal, de la laparoscopia para la realización cada vez de un mayor número de procedimientos quirúrgicos utilizados en el tratamiento de las diferentes enfermedades, hace que a las clásicas publicaciones en las que se enumeraban las complicaciones derivadas de la técnica laparoscópica, tengamos que añadir las complicaciones específicas que se producen en cada uno de los procedimientos practicados, y cuya descripción y posibles soluciones son el objeto del presente artículo.
La cirugía laparoscópica tiene unas características, como son la visión bidimensional, la utilización de instrumental muy largo y la ausencia de tacto directo de los tejidos, que la diferencian básicamente de la cirugía convencional y que obligan al cirujano a un proceso de adaptación y aprendizaje; la falta de éste es lo que ha llevado a responsabilizar a la técnica de complicaciones debidas a sus ejecutores1.
Vamos a dividir el artículo en dos grandes apartados, el primero dedicado a las complicaciones derivadas de la técnica laparoscópica, y que repasaremos de forma resumida. En el segundo apartado describiremos las complicaciones más frecuentes que pueden aparecer en cada una de las técnicas específicas utilizadas para el tratamiento de las diferentes enfermedades, y que si bien no todas son consideradas todavía como la intervención patrón sí constituyen un baza importante en el arsenal terapéutico de muchos grupos de trabajo.
Complicaciones propias de la laparoscopia2-8
Derivadas de la introducción de la aguja de insuflación y de los trocares
Lesión de los vasos de la pared abdominal. Esta complicación es relativamente frecuente, se produce fundamentalmente con la introducción de los trocares y en especial con aquellos que poseen aristas cortantes, que por otra parte tienen la ventaja de requerir una menor presión para su introducción en la cavidad abdominal que los de punta cónica, menos causantes de esta complicación. La solución de la misma suele ser la compresión de la pared, bien directamente con la vaina, bien con la introducción de la camisa fijadora de la vaina que posee un mayor diámetro. Es infrecuente que se tenga que ampliar la herida para realizar una hemostasia directa del vaso sangrante. Es aconsejable la transiluminación de la pared para visualizar los vasos de mayor calibre con el fin de evitar su lesión así como la punción en el trayecto teórico de la arteria epigástrica. En nuestra experiencia de más de 2.500 procedimientos laparoscópicos en tres ocasiones la lesión de estos vasos ha condicionado una reintervención en el postoperatorio inmediato por hemorragia, que en todos los casos se ha llevado a cabo por vía laparoscópica, y ha sido solucionada con pequeñas ampliaciones de la herida correspondiente al punto de hemorragia.
Lesión de grandes vasos. La aparición de esta temida complicación suele ser debida a lesiones sobre la bifurcación aórtica o la cava produciéndose un gran hematoma retroperitoneal que obliga a la laparotomía urgente. La incidencia de esta complicación es afortunadamente baja, cifrándose en 0,05% en las grandes series multicéntricas pero frecuentemente mortal, por ello la introducción de la aguja y del primer trocar debe hacerse con sumo cuidado y con maniobras suaves. En la laparotomía hay que comprobar la existencia de herida vascular en la cara posterior del vaso a la altura de la herida anterior, y suturarla en su caso. No tenemos complicaciones de este tipo en nuestra serie.
Lesión de víscera hueca. Ésta puede ser en estómago, intestino delgado o colon. Puede producirse con mayor frecuencia cuando existe una cirugía previa abdominal, que implica la posible existencia de adherencias del tubo digestivo a la pared anterior, lo que aconseja la punción con la aguja de Veress lejos de la cicatriz laparotómica, en un cuadrante superior, normalmente el izquierdo o mejor, la colocación de un trocar de Hasson bajo visión directa. Esta lesión puede pasar desapercibida, lo que aumenta su gravedad al ser diagnosticada tardíamente. Nosotros hemos tenido un caso de lesión de este tipo, que se identificó y fue suturada por vía laparoscópica, en una paciente con laparotomía media y una lesión tardía de intestino delgado que drenó por el orificio umbilical, en una enferma sin cuadro adherencial, probablemente una lesión por bisturí eléctrico.
Lesión de víscera maciza. Es infrecuente, se descubre una vez introducida la óptica y no suele revestir gravedad ya que suele tratarse de punciones superficiales del hígado, que paran espontáneamente de sangrar.
Hernias de los orificios de los trocares. Complicación poco frecuente en los orificios de 5 y 10 mm en situación lateral, sobre todo si se han realizado de forma oblicua. Pueden aparecer si es necesaria la ampliación del orificio para la extracción de la pieza, sobre todo en la zona umbilical, por lo que aconsejamos la sutura de la aponeurosis de los trocares de la línea media. Hemos tenido cuatro eventraciones por trocares.
En resumen, la utilización de trocares de un solo uso con dispositivo de seguridad que salta en cuanto cesa la resistencia que ofrecen los tejidos y el sumo cuidado en la punción con la aguja de Veress favorecen la disminución de todo este grupo de complicaciones.
Derivadas del neumoperitoneo
Insuflación del gas en la pared abdominal, mesenterio, epiplón o retroperitoneo. La insuflación del CO2 en el epiplón, mesenterio o retroperitoneo produce un enfisema que no tiene mayor repercusión y que desaparece rápidamente. Cuando esta insuflación se produce en la pared abdominal causa un enfisema subcutáneo, que si bien no tiene trascendencia clínica sí puede dificultar la consecución del neumoperitoneo. Es conveniente estar muy atentos a las presiones que marca el insuflador y que nos advierten de la incorrecta colocación de la aguja.
Dolor en los hombros. Parece estar relacionado con la irritación de los diafragmas por el CO2, y por la rápida insuflación del mismo en la cavidad abdominal; por ello se aconseja no utilizar flujos en la instauración del neumoperitoneo superiores al 1 o 1,5 l por minuto, y a ser posible no superar los 13 mmHg de presión. Este dolor es fácilmente combatible con analgésicos y desaparece en 48 h.
Embolia gaseosa. Producida por la insuflación directa en un vaso venoso de gran calibre, o por la existencia de boquillas venosas producidas en las amplias disecciones, se trata de una grave complicación que se produce en uno de cada 65.000 procedimientos laparoscópicos y que obliga a una rápida descompresión de la cavidad abdominal seguida de las maniobras de recuperación cardiorrespiratorias.
Neumotórax. Se presenta en un 4% de los pacientes a los que se les ha sometido a un procedimiento por vía laparoscópica. Su mecanismo de aparición no está claro, se invoca tanto al barotrauma de la insuflación del neumoperitoneo, como a posibles defectos diafragmáticos que posibilitan su establecimiento. En la gran mayoría de las ocasiones no precisan de terapéutica alguna.
Problemas respiratorios. La hipercapnia que tiene lugar durante la cirugía laparoscópica se debe a la suma de dos factores: el aumento del espacio muerto, debido a la existencia de alvéolos bien ventilados pero deficitariamente perfundidos y a la absorción del CO2 a través del neumoperitoneo. La medición del CO2 expirado (ETCO2) será un buen método de control no invasivo.
La saturación de O2 no parece estar alterada por el neumoperitoneo; por otra parte, sí se encuentra elevada la presión-pico (máxima presión producida en la vía aérea en cada ciclo respiratorio). Asimismo, se produce una discreta acidosis metabólica, que se hace más evidente cuanto mayor es la repercusión hemodinámica.
Repercusiones hemodinámicas. Al inicio de la insuflación se produce un aumento de la presión venosa central (PVC), de la presión arterial media y del débito cardíaco, pero una vez establecida la presión media de trabajo (12-14 mmHg) ésta es superior a la de la vena cava, con lo que la PVC disminuye al igual que el débito cardíaco.
La hipoxia, la hipercapnia y la disminución del gasto cardíaco pueden constituir los factores más importantes en la aparición de trastornos del ritmo cardíaco. Un adecuado control de la ventilación ayuda a minimizar estos problemas.
Complicaciones derivadas del uso del material quirúrgico laparoscópico
La utilización de instrumental dentro de la cavidad abdominal debe realizarse siempre bajo visión de la óptica, para evitar lesiones en los distintos órganos abdominales, por lo que seguiremos todo su recorrido desde su entrada en la cavidad. Las lesiones producidas por un incorrecto uso o movilización incon-
trolada del instrumental quirúrgico pueden pasar desapercibidas con lo que aumenta su gravedad.

Comentario aparte merece la electrocoagulación, que se utiliza con el disector, la tijera o las pinzas de hemostasia. Su uso inadecuado puede producir lesiones térmicas en lugares no deseados (diafragma, tubo digestivo, vía biliar, etc.). Es importante comprobar la integridad del aislante en toda la longitud del instrumental para evitar lesiones de electrocoagulación fuera del campo visual de la óptica, y tener en el mínimo la potencia de corte del electrobisturí para evitar lesiones agudas.

salpingectomía laparoscópica

Salpingectomía

Salpingectomía es la extirpación quirúrgica de una o ambas trompas de Falopio. Las tropas del Falopio sirven como un conducto para que un óvulo viaje desde el ovario hasta el útero. En una salpingectomía unilateral, sólo se extirpa una trompa de Falopio, y en una bilateral, se extirpan ambas trompas.
Una salpingectomía puede efectuarse por diversas razones, entre ellas tratamiento de embarazos ectópicos e infecciones en las trompas de Falopio (salpingitis). Las mujeres que padecen las enfermedades de transmisión sexual gonorrea, sífilis e infección por Chlamydia son idóneas para salpingectomía. Estos padecimientos son las causas más frecuentes de infección de las trompas de Falopio. El parto, el aborto y la inserción de dispositivos intrauterinos (DIU) también se han relacionado con salpingitis y el procedimiento de salpingectomía.
Las mujeres que sólo tienen una trompa de Falopio aún pueden concebir.
Una salpingectomía unilateral se usa para extirpar un embarazo en el cual un óvulo fecundado se implanta en una trompa de Falopio (embarazo ectópico). La salpingectomía bilateral se usa para tratar a mujeres en quienes se ha diagnosticado infección crónica de las trompas de Falopio (salpingitis), y que no están mostrando respuesta al tratamiento con antibióticos. La extirpación quirúrgica de las trompas de Falopio también se usa como tratamiento parcial para algunos casos de endometriosis y enfermedad inflamatoria pélvica. La extirpación de quistes y la escisión de un absceso son otras dos indicaciones para salpingectomía. El procedimiento a menudo se efectúa con una histerectomía o una ooforectomía (extirpación quirúrgica de un ovario o de ambos ovarios).
El procedimiento de salpingectomía se realiza en un hospital o en una clínica ambulatoria con anestesia local o general, al usar uno de varios métodos. La laparoscopia, el método de uso más frecuente, empieza con una pequeña incisión en el abdomen o cerca del ombligo. El cirujano inserta a través de la incisión un instrumento delgado parecido a telescopio, llamado laparoscopio. Se hace una segunda incisión pequeña justo por arriba del nacimiento del vello púbico, se inserta una sonda, y se extirpan las trompas de Falopio.
Otro método que suele usarse, la minilaparotomía, exige una incisión de unos 5 cm (2 pulgadas) de largo en la parte baja del abdomen, y no se emplea un instrumento de visualización. La incisión proporciona acceso para la extirpación de las trompas de Falopio.
En un tercer método de uso menos frecuente, que conlleva más penetración corporal, llamado laparotomía, se requiere una incisión extensa de 5 a 10 cm (2 a 5 pulgadas) en la parte baja del abdomen.
Otros dos procedimientos, la inspección visual con aumento (culdoscopia) y la incisión quirúrgica en la vagina (colpotomía), facilitan tener acceso a las trompas de Falopio a través de la vagina en lugar de a través del abdomen. Ni uno ni otro de estos dos procedimientos se usa muy a menudo.
Las decisiones respecto a cuál es el método de procedimiento más apropiado para una mujer dada depende de la edad de la mujer, el peso, intervenciones quirúrgicas previas en la parte baja del abdomen, antecedente de enfermedad del corazón y los pulmones, y otras consideraciones.
El resultado predicho después de salpingectomía depende del propósito del procedimiento y del método (laparoscopia, minilaparotomía, o laparotomía).
Cuando el propósito del procedimiento es tratar trompas de Falopio infectadas (salpingitis), la extirpación de las trompas de Falopio por lo general conduce a un resultado exitoso: la infección se elimina junto con la trompa. Cuando el propósito del procedimiento es tratar endometriosis, la extirpación de una trompa de Falopio por lo general no conduce a un resultado exitoso porque el revestimiento interno del útero (endometrio) ha estado creciendo en otros lugares, como los ovarios, la vejiga, los intestinos y el recto. Si el propósito del procedimiento es tratar embarazo ectópico, en el cual el óvulo se implanta en una trompa de Falopio y no en el útero, la extirpación de la trompa lleva a un resultado exitoso: el producto de la concepción se extirpa con la trompa.
En general, la mayoría de las mujeres se recupera por completo de cualquiera de los tres métodos usados con frecuencia. Las mujeres tratadas con el método laparoscópico se recuperan con mayor rapidez y tienen menos problemas.
Al igual que con cualquier procedimiento efectuado con anestesia general, puede haber una reacción a los anestésicos, y problemas respiratorios. Algunas mujeres experimentan complicaciones por la operación en sí, como sangrado o infección. Además, en raras ocasiones, puede haber lesión de los intestinos o de vasos durante la intervención quirúrgica, y tal vez requieran reparación quirúrgica adicional.
Tal vez se necesite una incapacidad extendida, dependiendo de si el procedimiento fue una laparoscopia, minilaparotomía, o laparotomía. Si el procedimiento fue laparoscópico, la mayoría de las mujeres regresa a trabajar en el transcurso de algunos días. La duración de la incapacidad dependerá de la edad de la mujer, las complicaciones quirúrgicas, y los diagnósticos y pronósticos resultantes. Las actividades físicas extenuantes, el levantamiento de objetos en el trabajo, y los empleos que exigen muchos movimientos de flexión de las rodillas deben evitarse durante varios días, y quizá sea necesario modificarlos temporalmente. Tal vez también sea necesario autorizar periodos de reposo en el trabajo, o menos días de trabajo por semana, o todos o una combinación de los anteriores.

Laparoscopía y apendicectomía laparoscópica en niños.

Laparoscopía y apendicectomía laparoscópica en niños.

Introducción: 

La apendicitis aguda es la urgencia quirúrgica más frecuente en niños. Las dificultades diagnósticas determinan un porcentaje de apendicitis evolucionadas o de apendicectomías innecesarias. La morbilidad y la incidencia de estos eventos disminuye con la laparoscopía.

Objetivo: 

Presentar nuestra experiencia laparoscópica en niños, compararla con los trabajos internacionales y con la laparotomía en nuestro medio.

Metodología: 

Se realizó un trabajo retrospectivo de las laparoscopías diagnósticas (LD) y apendicectomías laparoscópicas (AL) en el período 2001-2009 . Se consideró: edad, sexo, tipo de apendicitis, tiempo quirúrgico, conversión, complicaciones, reintervención, estadía hospitalaria, antibioticoterapia, e histología. Se dividió la serie en un primer período de 50 apendicectomías en el que hubo criterios de exclusión, y un segundo de 75 en el que se desarrolló un aprendizaje tutorizado. Se compararon los dos períodos de la serie de AL entre sí, y la serie de AL con una serie local de apendicectomizados por vía abierta (AA). Las variables categóricas de interés se analizaron mediante test de Chi cuadrado, test de Fisher y test t de student, utilizando el programa Epi-info6.

Resultados: 

Se realizaron 164 procedimientos: 125 AL y 39 LD. Las primeras 50 AL se realizaron en 60 meses, y las 75 siguientes en 40. En el CHPR se realizaron 91 AL. La media de edad fue 10,2 (DE 1,9).
Predominaron el sexo masculino (59%) y la apendicitis simple, que correspondió al 60,8% (76 casos). El
índice de conversión en la serie fue de 4,8%, con disminución significativa (p=0,03) del primer período (10%) al segundo (1,3%). Hubo diferencia significativa (p de 0,002) en el tiempo quirúrgico entre el primer
período (media 40’, DE 15,8) y el segundo (media 32’, DE 7,7). El índice de infección de la herida operatoria (IHO) en AL fue de 0,8% (un caso) y el de infección abdominal (IA) fue de 1,6% (dos casos). La IA e IHO en la serie de AL fue menor en comparación a la serie de AA, siendo significativa (p=0,001) la disminución de la IHO. En ambas series predominó el uso de ampicilina-sulbactam, y no hubo diferencias de
significancia estadística en las medias de edad ni en el porcentaje de AC. Se reintervinieron tres casos. Se
evitó la apendicectomía a los 39 pacientes a los que se les realizó LD. El número de apendicitis confirmadas por histología fue de123 casos (99,2%).

Conclusiones:

Los resultados de esta serie evidencian los beneficios de la LD y de la AL en los niños. En la serie de AL se verificó una disminución significativa del tiempo quirúrgico y del índice de conversión del primer al segundo período. En comparación con la serie de AA hubo una menor proporción de complicaciones infecciosas, siendo la reducción de la IHO estadísticamente significativa, (Chi cuadrado de 10,7, y p de 0,001); también fue significativa (Chi cuadrado de 8,7, y p de 0,003) la reducción de la infección postoperatoria cuando se comparó la serie de AA con el segundo período de AL, durante el que no hubo criterios de exclusión

colecistectomia laparoscopica

Colecistectomía

Colecistectomía
(intervención quirúrgica)
Gallbladderop.jpg
Colecistectomia mediante laparoscopia.
Clasificación y recursos externos
CIE-9-MC51.2
MeSHD002763
Wikipedia no es un consultorio médico Aviso médico 
Colecistectomía es una intervención clínico - quirúrgica que consiste en la extracción de la vesícula biliar. A pesar del desarrollo de técnicas no quirúrgicas, es el método más común para tratar distintas enfermedades de la vesícula biliar. Las opciones quirúrgicas incluyen la colecistectomíalaparoscópica y la más antigua e invasiva de colecistectomía abierta.

Indicaciones

Para realizar esta clase de intervención quirúrgica el paciente debe presentar una o más de las siguientes enfermedades y/o lesiones de la vesícula biliar:

  1. Cálculos biliares (colelitiasis).
  2. Inflamación por infección (colecistitis).
  3. Dolor abdominal intenso debido a un cólico de vesícula.
  4. Bloqueo de los conductos biliares (obstrucción biliar).
El resultado de la colecistectomía es habitualmente bueno. Los síntomas desaparecen completamente en el 90% de los pacientes.

Riesgos

Los riesgos de la colecistectomía son los riesgos de cualquier intervención bajo anestesia general:

  • Reacciones a la medicación.
  • Problemas respiratorios.
  • Hemorragias.
  • Infecciones.
Riesgos adicionales: daño al conducto biliar.